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1a parte

Lectura alternada de Lc. 24:44-48

Texto base: Mt. 28:19 (Mandamiento); Hch. 2:38 (Cumplimiento).

Definición: Del griego “baptisma”, bautismo. Indica a la acción de sumergir, cubrir en agua, término que ha sido usado desde los primeros días de la Iglesia (Hch. 2:41) como rito de iniciación cristiana.

La Biblia no registra sobre un candidato que al momento de ser bautizado lo hayan hecho en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Sin embargo, encontramos suficientes pasajes bíblicos que de manera clara y precisa nos hablan del bautismo en el nombre del Señor Jesucristo (Hch. 2:38; 8:12-16; 10:45-48; 16:22; 19:15).

Nota: los trinitarios al emplear un texto mal interpretado como única base para el bautismo están dogmatizando. Además, pierde el sentido exacto de lo que quiso decir Jesús en Mateo 28:19.

Lucas el médico, escribe acerca del mismo incidente cuando Jesús con sus discípulos 10 días antes de ascender al cielo. Notemos que en lugar de mencionar las palabras exactas que Jesús dijo como lo hizo Mateo, Lucas declaró lo que Cristo habló. Lucas no escribió que se predicase en los nombres, mucho menos en los títulos, su escrito es claro. Notemos: “… y que se predicase en su nombre…”. ¿Cuál nombre? En el nombre del que padeció y resucitó al 3er. día, es a saber elCristo o Jesucristo. Ahora veamos cómo bautizaron los discípulos:

1. Cómo ordenó el apóstol Pedro.   Hch. 2:38     Judíos

2. Cómo bautizó Felipe.               Hch. 8:12-16    Samaritanos

3. Cómo ordenó Pedro.             Hch. 10:45-48        Gentiles

4. Cómo bautizó San Pablo.       Hch.  19:1-5          Gentiles. Los de Éfeso.

5. Cómo bautizó Ananías.      Hch. 22:16                Pablo

6. La Iglesia en Roma.             Rom. 6:1-6

7. La Iglesia en Corinto.               1 Cor. 1:12-16

8. La Iglesia en Galacia.                      Gál. 3:27

9. En qué nombre son borrados nuestros pecados.        1ra. Jn. 2:12

10. En qué nombre hay salvación.         Hch. 4:12

En el día del Pentecostés, 120 estaban congregados en un aposento. De repente fueron llenos de Espíritu Santo, y Pedro, lleno del mismo, dio su primer discurso. Quienes le escucharon fueron compungidos de corazón y exclamaron a los discípulos: ¿Qué haremos?—a lo cual Pedro les contesta:

1ro. Arrepiéntanse.

2do. Bautícense en el Nombre del Señor Jesucristo.

3ro. Reciban el Espíritu Santo.

Esto ocurrió 10 días después de lo dicho por el Señor Jesús en Mateo 28:19. Esto indica que las palabras de Jesús estaban frescas en la mente de los apóstoles. Si esto hubiera sido un error, Pedro bien pudo haberlo corregido más adelante, incluso Mateo estuvo presenten el día del Pentecostés. Bien pudo haber corregido a Pedro; incluso él no había escrito su evangelio. Lo hizo 22 años después, tiempo suficiente para corregir un error; pero al contrario apoyó lo que Pedro habló.

Para una mejor comprensión del tema, veamos lo que sigue.

 El Bautismo en el Antiguo Testamento

Y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en la mar (1 Cor. 10:2).

1.    El pueblo hebreo se encontraba esclavizado en Egipto, símbolo del mundo (1 Jn. 2:1; 3:13; Ex. 1:11-14; 3:10).
2.    Bajo el yugo despótico de faraón, el cual les imponía duras cargas (Ex. 3:9; 2:23; 5:6-19). Israel es un tipo de hombre no regenerado sujeto al dominio arbitrario de Satanás, príncipe de este mundo (Ef. 2:2; Jn. 14:30).
3.    Dios levantó a Moisés como libertador de Israel (Ex. 3:10-12). Moisés es un tipo de Jesucristo, nuestro libertador (Hb. 2:14-15).
4.    Moisés guió al pueblo a través del mar Rojo, donde fue sepultado y desecho el ejército de faraón (Ex. 14:13, 23-30). En el bautismo queda sepultado el viejo hombre, es desecho el pecado (Rom. 6:3, 6; Col. 3:9).

Y habló Jehová Moisés diciendo: Esta será la Ley del leproso cuando se limpiare (Lv. 14:1-20).

El rito de la purificación era una ley divina, instituida como la forma aceptable de purificación para el leproso.

  1. La lepra es en forma comparativa el pecado (Is. 1:5-6; Ef. 2:1).
  2. El leproso es el hombre pecador (Rom. 3:23).
  3. Las dos avecillas limpias, una viva y otra muerta, representan la muerte y resurrección del Señor Jesucristo a favor del pecador (Hb. 9:26; Rom. 4:25).
  4. La madera de cedro representa la naturaleza humana del Señor Jesucristo (1 Re. 6:6-10; Is. 11:2; 53:2; Lc. 23:31).
  5. La grana, símbolo de la condenación del producto del pecado (Is. 1:18). Jericó estaba condenada a ser destruida por Josué, pero Rahab al sacar el cordón grana por la ventana alcanzó salvación. El Señor Jesucristo al sufrir el cruento castigo de la crucifixión, clavó la grana de nuestros pecados que nos llevaba a condenación eterna (Rom. 6:23; Is. 53:5-11; Gál. 3:13-14). En el bautismo, la grana de nuestros pecados es perdonada y pasamos de muerte a vida (Hch. 2:38; Mr. 16:16).
  6. El hisopo representa el sacrificio purificador del Señor Jesucristo (Ex. 12:22; Sal. 51:7; Jn. 14:29; Heb. 9:26).
  7. La vestidura lavada significa la justificación del creyente (Ap. 19:8).
  8. El vaso de barro, la humildad del Señor Jesucristo (Fil. 2:8; 2 Cor. 8:9). “Él entonces descendió, y zambullóse siete veces en el Jordán… y fue limpio” (2 Rey. 5:9-14), otro ejemplo de bautismo en el A.T.

El Bautismo en el Nuevo Testamento

“Y en aquellos días vino Juan el bautista… y eran bautizados en el Jordán” (Mt. 3:1-6).

Corría el año 26 cuando Juan dio inicio a su ministerio, predicando el bautismo de arrepentimiento y el inminente acercamiento del reino de los cielos; por su labor bautizante le titularon el bautista (Mr. 1:4-5; Lc. 3:12; Jn. 1:28; 3:23).

¿Cómo se originó este acto solemne? Como es evidente, el bautismo antecede al cristianismo, sin embargo, en la época de Jesús y de Juan el bautista, la ley mosaica seguía siendo de vital importancia para el pueblo judío, el cual seguía practicando con invariabilidad el ritual de la purificación (Lc. 2:21-24).

Juan el bautista sustituyó el complejo ritualismo de purificación establecido en Levíticos 14, por el acto sacramental del bautismo de arrepentimiento y la confesión pública de pecados, espiritualizó el mandamiento mosaico (Esto provocó una constante controversia de los judíos con Juan, ya que era inadmisible que alguien cambiara el rito de la purificación (Jn. 3:25-27). Sin embargo, San Juan no actuó arbitrariamente, sino que Dios le ordenó efectuara este nuevo acto de purificación). Esa era la firme convicción de este gran Siervo de Dios (Jn. 3:31-33).

El acto sacramental del bautismo fue sancionado por el mismo Señor Jesucristo al ser bautizado por San Juan (Mt. 3:13-17; Mr. 1:9; Lc. 3:21).

En seguida de este magno evento, los discípulos del Señor Jesús practicaron el bautismo de Juan (Jn. 4:1-2; 3:22-23, 26-27).

Esto dio fiel cumplimento a lo expresado por Juan el bautista: “A Él crecer, mas a mí menguar”, esto da a entender la sustitución de ministerio.

El Cristo resucitado con poder y gloria ordena a sus discípulos doctrinar a los gentiles y bautizarlos, esto es conocido como la Gran Comisión (Mt. 28:19).

Los apóstoles cumplieron con esta ordenanza divina (Hch. 2:38).

Los apóstoles y todos los Siervos de Dios de la primitiva iglesia ordenaron el bautismo para los gentiles que abrazaran la Fe cristiana (Hch. 10:48; 22:16).

Sólo los bautizados formaban parte de la Iglesia naciente (Hch. 2:41-42).

El Bautismo Cristiano

“Por tanto, id, y doctrinad a todos los gentiles, bautizándolos en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mt. 18:19).

 

Revelación progresiva:

Para los cristianos verdaderos, la Biblia no sólo contiene la Palabra de Dios, sino que es la Palabra de Dios, de tal manera que en cuestión de doctrina y disciplina el canon bíblico es nuestro tribunal supremo de apelación (Is. 8:19; 2 Tim. 3:1-17), en virtud de lo cual, podemos entender que la Biblia, nuestra regla de fe, no contiene verdades a medias, la Biblia es la verdad (Sal. 119:86; Jn. 8:40; 17:17); por lo cual para no errar es imprescindible cumplir los designios divinos conforme a la LEY Y AL TESTIMONIO (Is. 8:20). Todo mandamiento tiene su cumplimiento cabal, y es por medio de la Biblia que se revela la voluntad divina en forma progresiva (Is. 28:13).

Pero, ¿Qué es revelación progresiva?

Revelación: Acción y efecto de revelar, inspiración por la cual Dios da a conocer su voluntad al hombre. G. Apokalupsis, un desvelamiento, el descubrimiento de la voluntad divina al hombre en lo concerniente a la soberanía y economía (administración) de Dios para las edades (siglos) del hombre.

Progresiva: Que adelanta, que aumenta continua o gradualmente.

Veamos algunos ejemplos de revelación progresiva:

  1. Las 7 dispensaciones (Ef. 1:9; 3:2; Col. 1:25). No son 7 formas diferentes de administración divina, sino más bien 7 pasos encaminados al cumplimiento de esta voluntad.
  2. El libro sellado (Dn. 12:4, 9). Es revelado a San Juan (Ap. 5:1-2, 7; 6:1).
  3. Los 4 evangelios. Un examen minucioso de los evangelios sinópticos nos lleva a la conclusión que no son datos simplemente biográficos de la vida del Señor Jesucristo, sino que tratan del origen, ministerio y finalidad.

a)    Mateo. El propósito es presentar a Jesucristo  como el Mesías prometido (Mt. 1:1, 21, 23) cuya manifestación traería consigo la instauración del reino mesiánico. Sin embargo, los judíos no pudieron entender el misterio mesiánico (Mt. 12:15-21). El Mesías tenía que sufrir y dar su vida en su primera venida, pero retornará nuevamente como Rey de reyes y Señor de señores (1 Tim. 6:15).

b)    Marcos. Se enfoca ala naturaleza humana de Jesucristo (Mr. 1:1) de manera que aquí es presentado como el Siervo de Dios, sufriendo pero saliendo victorioso en su resurrección.

c)     Lucas. Presenta a Jesucristo como el Salvador Divino (Lc. 2:11), nacido de linaje humano; el Cristo humano-divino con una misión redentora (Lc. 19:10).

d)    Juan. Inminentemente, el evangelio Cristológico (Jn. 1:1). El objetivo es presentarlo como Dios-hombre (jn. 1:14), el eterno YO SOY velado en un templo humano; la forma más plausible de demostrar su amor por el hombre (Jn. 3:16), templo edificado para ser ofrecido en sacrificio expiatorio (Jn. 15:13).

De igual manera en Mateo 28:19, al expresar el Señor Jesucristo: “…bautizándolos en Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo…”, está decretando el sacramento bautismal cristiano.

Los apóstoles no ejecutaron inmediatamente este acto sacramental, porque el Cristo resucitado les ordenó que estuvieran en Jerusalén hasta que recibieran la virtud de lo alto, el Espíritu Santo (Lc. 24:49), con la dirección del cual los apóstoles cumplirían fielmente lo ordenado por Dios, por cuanto el Espíritu Santo sería su Guía y Maestro (Jn. 15:26-27; 16:12-15), es el agente  revelador de la voluntad divina (Ef. 1:17-18); 10 días después se cumplió lo dicho por Jesucristo a los apóstoles (Hch. 1:8; 2:1-4). Fueron llenos del Espíritu Santo, esto causó conmoción a los judíos que no alcanzaban a comprender lo que acontecía. Pedro, impulsado por el Espíritu Santo dirigió su discurso a los asombrados judíos, a los cuales finalmente les dijo:

“Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo” (Hch. 2:38).

¿Acaso Pedro desobedeció al Maestro? Él no desobedeció ni ordenó algo diferente a la Gran Comisión por las siguientes razones:

1.- Porque si se hubiera equivocado, allí estaban los otros apóstoles para corregirle (Hch. 2:14).

2.- Porque lo dijo lleno del Espíritu Santo, Habló Dios por medio del Apóstol (Hch. 2: 4; 4:8).

3.- Porque Dios confirmó el ministerio de Sn. Pedro lo cual no hubiera sido posible si Pedro desobedeció (Mt. 28:20; Mr. 1:20; Hch. 3:6-9; 2:43; 1 Ped. 1:16).

4.- Porque habló con inspiración divina (2 Ped. 1:21; 3:2).

5.- Pablo ordenó de la misma manera (Hch. 19:5; 1 Cor. 14:37).

En conclusión, Mateo 28:19 es el sacramento bautismal en forma velada, la cual es revelada esplendorosamente en Hch. 2:38.

Jesucristo habló por parábolas, que son narraciones de las que se deducen enseñanzas morales o importantes verdades.

G. Parabole: La puesta de una cosa al lado de otra con el fin de comparar. Fue una forma de expresión constante del Maestro a las multitudes (Mt. 13:2-3; 13:13-16, 34-35).

A los discípulos se las revelaba en particular (Mt. 13:3; Mr. 4:11-34).

De igual manera, de la Gran Comisión, el Señor Jesucristo la expresó en forma parabólica, el estado del texto bíblico así lo indica:

“Bautizándolos en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”

“Bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo”.

El cumplimiento esclarece la expresión parabólica del mandamiento.

Pero, ¿Pudo acaso hablar en parábola a los apóstoles estando a solas con ellos? Sn. Pablo nos declara que cuando Jesús dio sus últimas instrucciones había más de 500 hermanos (1 Cor. 15:6); muchos dudaban (Mt. 28:17). De este nutrido número sólo 120 llegaron al Aposento alto. Esto demuestra por qué Jesucristo hasta el último instante de su ministerio terrenal enseñó en parábola, que sólo los que permanecieron fieles pudieron discernir (1 Ped. 1:3).

 

¿EN QUÉ NOMBRE?… continua 2a parte